lunes, 25 de mayo de 2009

A modo de presentación...

Una de las estrategias a seguir cuando a un niño le llega el (inevitable) momento de pedir como regalo de cumpleaños o de navidad un perrito, consiste en pedirle que demuestre la responsabilidad y la constancia que exige tener un perro, pero con otros seres vivos, cuyos cuidados son más sencillos. Lo habitual es comenzar poniéndole a cargo de un cacto durante un par de meses. Si sobrevive, subir de categoría con una maceta más delicada. A continuación, un pez en una pequeña pecera, y como último escalón, un hamster o un gato. Normalmente, la mayoría de niños superan las dos primeras etapas, y logran evitar sin demasiados problemas que las plantas se mueran. El reino animal no suele ser tan afortunado, y el pez suele convertirse en un obstáculo demasiado elevado, donde el niño comienza a darse cuenta de la cantidad de tiempo que necesita, la atención que exige para no morir de hambre y lo frecuentemente que hay que lavar la pecera y los filtros. Normalmente cumple la misión de hacerle entender que una mascota no puede elegirse por un capricho, porque acaba convirtiéndose en un "juguete roto", odiado por su dueño por el sacrificio diario que supone.

Pues bien, si hasta los niños son capaces de mantener con vida una maceta, sin ningún compromiso por su integridad más allá de la superación de la prueba paterna, quién de vosotros no se ve capaz de cuidar una planta de interior, de preocuparse de regarla, de protegerla del exceso de sol o del frío invernal, de conocer su nombre, de saber cuándo algo le sienta mal y ponerle remedio, de entusiasmarse viéndola a diario. Si el motivo de vivir sin la compañía de ningún tipo de planta es la resignación ante la certeza de que tarde o temprano morirá o la rendición por experiencias pasadas, te propongo que lo intentes una vez más. Por mi propia experiencia, no hay mejor manera de lograr que cuatro paredes se conviertan en un entorno acogedor, vivo y agradable que permitir la entrada de unas cuantas plantas de interior a vuestro salón. O al dormitorio, la cocina... dependerá de la cantidad de luz, la temperatura mínima por las noches, la humedad...

El objetivo de este blog es que os animéis a rodearos de plantas. Pero no por motivos estéticos, sino porque habéis aprendido a disfrutar de ellas, de su compañía y de su silencio. Cuando los minutos que necesitan de vosotros para sobrevivir ya no supongan una molestia, sino un momento agradable, esperado durante todo el día, estaréis en el buen camino. Cuando no os conformáis sólo con regarlas, sino que disponéis de algún minuto más para retirar las hojas secas, cuando os preocupáis de observarla para comprobar que todo va bien, cuando os enorgullecéis al verla cada día más verde, más alta y más frondosa, ya no habrá vuelta atrás. Y no olvidéis que lo que te piden es muy poco comparado con el bienestar que ofrecen. Así que te animo a visitar el blog de vez en cuando, a comentar los post, a preguntar tus dudas. Pídeme nuevas entradas con la descripción de las plantas que te gustaría conocer, mándame fotografías de macetas de las que no sabes ni su nombre ni los cuidados que necesita...

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